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La Exposición Universal de Zaragoza 2008 tratará de que el consumo de agua en sus instalaciones sea virtualmente nula mediante la utilización de sistemas de ahorro y reutilización.

Acorde con el lema de la muestra, «Agua y desarrollo sostenible», que se celebrará entre el 14 de junio y el 14 de septiembre, el total del agua utilizada en las instalaciones de la exposición será devuelta al río Ebro, salvo aquella que se evapore.

Además, para extraer la menor cantidad de este recurso, cero» la directora de la Agencia de Recursos Ambientales del evento, Maite Gálvez, dijo que se «procurará» la reutilización de todas las aguas a través de sistemas como el uso de las «aguas grises» de los lavabos de todos los edificios en las cisternas de los WC.

Según explicó Gálvez, el agua de lluvia será reconducida para regar la vegetación o evaporada para bajar las altas temperaturas que alcanza Zaragoza en verano.

A estas medidas habría que unir la instalación de sistemas de ahorro en todos lo edificios y el uso de ciclos cerrados de agua y sistemas de filtrado ecológicos en la zonas de baño y las instalaciones recreativas.

El presidente de Expo 2008, Roque Gistau, dijo perseguir que «la exposición sea una muestra de las mejores prácticas ambientales», por lo que se pretende cubrir con energías renovables el cien por cien de la demanda energética.

Con este fin, se han instalado 9.000 metros cuadrados de placas solares fotovoltaicas, dos instalaciones para generación eólica y un sistema centralizado de climatización por trigeneración, que proporcionará frío y calor al recinto con gas natural.

El objetivo, además, es compensar las emisiones de dióxido de carbono -principal responsable del cambio climático- mediante la plantación de tres millones y medio de árboles.

El director general de Operaciones y Contenidos, Jerónimo Blanco, indicó que la ubicación de la muestra, en un meandro del río Ebro frente a la estación intermodal de Zaragoza, fue escogida siguiendo criterios de sostenibilidad.

Según Blanco, se sigue el «modelo de ciudad concentrado», facilitando la accesibilidad a través del transporte público, a pie o en bicicleta, para lo que se construirán 100 kilómetros de carril bici, un telecabina entre la estación y el parque, y se pondrán en marcha siete líneas de autobús.

Asimismo, a partir del 14 de junio entrará en funcionamiento la tarjeta «Fluvi» (nombre de la mascota de la exposición) con la que los ciudadanos podrán sumar puntos por ahorrar agua, energía o por utilizar los transportes colectivos, que podrán cambiar por acciones medioambientales, excursiones o artículos sostenibles.

Otras medidas llevadas a cabo han sido la adopción de criterios de bioconstrucción en todos los edificios, con el uso de productos reciclados y reciclables, la recuperación de espacios naturales del río o el uso de materiales ecológicos en los materiales promocionales y de uso común.