Desde su propio lema, «Agua y desarrollo sostenible», la Expo 2008 que se abrirá en junio junto al Ebro, se concibe como una ambiciosa aportación al mundo en el cuidado del patrimonio natural. La organización se ha tomado muy en serio ese papel y no quiere que se quede en un puñado de gestos, sino ofrecer un modelo para futuros grandes acontecimientos.
Desde los materiales de construcción hasta los recursos energéticos o incluso los pequeños objetos de marketing, el concepto de sostenibilidad se lleva a rajatabla. El objetivo declarado es que el impacto ambiental de la Expo se aproxime lo más posible a cero.
Desde el principio, el proyecto se ha adaptado de manera escrupulosa al entorno, ya que las 25 hectáreas del recinto se encuentran en el meandro de Ranillas, una especie de península rodeada por el cauce del Ebro. La propia declaración de impacto ambiental recoge medidas preventivas y correctoras y existe un plan de vigilancia para verificar que se cumplen de manera estricta.
CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE
En el proceso de construcción se ha impregnado de principios como la utilización de materiales autóctonos e, incluso, reciclados, como tierras vegetales, limos y zahorra del mismo meandro. La madera empleada procede de bosques sostenibles, el PVC se ha sustituido por polietileno o polipropileno y en cada obra hay puntos limpios que separan los materiales peligrosos.
REUTILIZACIÓN DEL AGUA
En esta Expo dedicada al agua y el desarrollo sostenible, el uso adecuado de sus recursos hidráulicos es esencial. El recinto y el enorme parque que lo rodea, de 120 hectáreas, se abastecen del propio Ebro, así como de un afluente, el Gállego, y del nivel freático a través de distintos pozos. Una gran noria de agua, diseñada por artistas franceses y realizada por artesanos sirios y aragoneses, servirá para recoger el agua, que se distribuirá a través de una red de canales y balsas.
A ello se sumarán una serie de medidas de reutilización más concretas: el agua gris de los lavabos de todos los edificios de la Expo se empleará de nuevo en las cisternas de los WC; los urinarios para hombres no usarán agua, sino sustancias biológicas para su desinfección y limpieza; y el agua de lluvia se utilizará en las cubiertas y fachadas con agua de diversos edificios y en los vaporizadores que rebajarán las temperaturas veraniegas.