El elemento principal del baño, el agua, pasa de ser un instrumento al servicio del aseo y la higiene a pfrecer beneficios terapeuticos. De este modo, para conseguir un auténtico centro de bienestar y salud ha sido necesario revisar cada uno de sus diferentes puntos de utilización y aplicación en el ritual del cuidado personal.
El lugar por el que brota el agua, la grifería, es probablemente uno de los elementos que más transformación ha vivido en los últimos años, y no sólo por su forma sino también por sus funciones.
El flujo del agua se ha convertido en un elemento clave para crear esa atmósfera relajante que conformará un auténtico spa particular. Y para ello las griferías han evolucionado hasta conseguir parecerse a un manantial.
Cada vez es más habitual encontrar modelos con caño plano por los que el agua brota como si fuese una fuente natural, e incluso se sitúan en posiciones elevadas, simulando auténticas cascadas.
Esta interpretación se utiliza también en las griferías destinadas al lavamanos, configurándose sinuosas y de formas perfectas, a menudo contundentes, para hacerse notar, y en las que triunfan finos caños que prescinden del aireador.
Algunas se presentan con un caño de importantes dimensiones, para lograr un flujo amplio visualmente, aunque eso no significa necesariamente que aumente el gasto de agua, sino todo lo contrario. De hecho, la tecnología es cada vez más perfecta y utilizada en consonancia con criterios de sostenibilidad ambiental, incorporando sistemas que permiten una reducción del caudal sin que prácticamente sea apreciado por el usuario. Utilizan técnicas que mezclan el agua con el aire, reduciendo el consumo de agua pero con la sensación de disponer del mismo caudal, y opciones que algunos denominan ecostop, un sistema de varias posiciones prestablecidas en la apertura del grifo para seleccionar el flujo según nuestras necesidades.
Los sistemas de ahorro y uso racional del agua son también posibles gracias a la introducción de la electrónica en las griferías para uso particular. Una propuesta habitual en espacios públicos que ahora se extiende con más y mejores funciones para el uso privado, permitiendo predeterminar con precisión detalles como la temperatura deseada por cada usuario.
La introducción de la electrónica ha permitido incorporar sistemas de cromoterapia o aromaterapia, prestaciones que completarán un perfecto spa de uso privado. Pero no solamente en funciones encontramos novedades. También las formas y materiales han vivido transformaciones. En las propuestas más innovadoras encontramos el uso del color, de modo que la grifería pasa a fundirse visualmente con la cerámica cuando se utiliza el blanco, o aumenta exponencialmente su presencia cuando se aplica en color negro.
Y para los más atrevidos existen propuestas en tonos verde, fucsia, rojo , una extensa gama de lacados que convierte este elemento en poderoso objeto decorativo. El color también lo aportan otro materiales como el Corian, el cristal de Swarovsky o Murano, cerámica, cuero o madera, que consiguen dar un toque distintivo al clásico cromado brillante, aunque en ocasiones se presenta matificado. Por supuesto las tendencias neobarrocas que han inundado los últimos tiempos la decoración general del hogar también han llegado a las griferías, de forma que encontramos formas sinuosas e importantes cubiertas de un brillante dorado, ideales para los amantes de lo exuberante.