El Centro estadounidense de Datos sobre Hielo y Nieve (NSIC), en Boulder, ha anunciado que una inmensa placa de hielo se acaba de derrumbar en la Antártida.
La placa, de 41 por 2,5 kilómetros, se desprendió el 28 de febrero de la parte suroeste de la capa de hielo perpetuo de Wilkins. Como consecuencia de ello, se derrumbó también otra placa de 405 kilómetros cuadrados. De esta manera, se desprendió en total una superficie de hielo de 500 kilómetros cuadrados.
Sólo una franja delgada de hielo intacto impide aún que se produzcan otros desprendimientos en la capa, de más de 13.000 kilómetros cuadrados. El hielo perpetuo flota sobre el mar, pero está unido a tierra firme por más hielo submarino.
La capa de Wilkins está ubicada a unos 1.000 kilómetros del extremo sur de Sudamérica, en la parte sudoccidental de la Península Antártica.
En los últimos 50 años, se ha registrado en la región el mayor aumento de temperaturas a nivel mundial con un promedio de medio grado por década.
«Creemos que la capa de Wilkins estaba allí desde hace al menos varios cientos de años. Pero el aire tibio y el efecto del aumento del nivel del mar causaron el desprendimiento», ha explicado el científico del NSIDC Ted Scambos, uno de los científicos del NSIDC, quien considera que la fractura de hielo puede ser un indicio del cambio climático.