Pueden hacer la prueba. Entren en el cuarto de baño de cualquier local de ocio y comprueben que la puerta está llena de pintadas, frases de todo tipo o citas escatológicas y sexuales. Escritos que pretenden provocar o extraer una sonrisa. Jota Martínez Galiana, periodista en paro, escritor vocacional y traductor de subtítulos para cine, llevaba años dándole vueltas a la idea de utilizar esos espacios para «llegar al lector y reivindicar el lugar». El 3 de abril de 2007, Jota entró en el servicio de caballeros del Bar Pinocchio, en Brno (República Checa), escribió en la puerta un poema titulado El este e hizo una fotografía para inmortalizarlo.
Así comenzó The Shit Happening Project. Letras y Letrinas, una curiosa iniciativa artística que ha sembrado los váteres de muchos locales públicos, restaurantes y museos de escritos de Jota. «Son pequeños relatos, frases cortas o poemas que escribo con la idea de hacer algo original», dice Jota, quien reconoce que condiciona la amplitud de los textos a «las condiciones del local». No es lo mismo escribir en una puerta que no tiene pestillo o en un local con los váteres abarrotados de gente que hacerlo en un restaurante semivacío, en el que nadie te presiona para que acabes de utilizar el retrete. Jota vivió de primera mano esa presión cuando, en un local de Madrid, un guardia de seguridad entró en el baño mientras escribía su poema porque pensaba que se estaba drogando y acabó echándolo «a la calle» porque tenía órdenes de hacer eso «si veía a alguien pintando en las paredes del baño».
Desde abril de 2007, Jota ha realizado más de medio centenar de acciones en pubs, bares, restaurantes o museos como el de arte abstracto de Cuenca o el Reina Sofía de Madrid. La respuesta de los propietarios de los locales ha sido diversa. En unos, los versos de Jota permanecen allí para la lectura de los usuarios; en otros, la pintada desapareció. Y en pocos, como La Galería, en Valencia, llegaron a apreciar su esfuerzo con un reconfortante «ya tenía ganas de que te pasaras por aquí a escribir en mis váteres».
Jota se ha preocupado por que su obra se perpetúe. Fotografía todas sus acciones, las cuelga en el blog shit-happening.blogspot.com e incluso manda a los locales en los que ha desplegado su talento creativo un certificado de autenticidad «para que sepan que es algo más que una pintada», dice. La próxima vez que entren en el cuarto de baño, lean lo que pone en la puerta. Puede ser parte de una obra global que se extiende por toda la ciudad gracias a este guerrillero de la literatura.