Poner una cámara oculta en el cuarto de baño enfocando al inodoro y grabar a la suegra haciendo sus necesidades puede salir bastante caro. Esto es lo que le ha pasado a Enrique Cardona Pérez, a quien el juzgado penal número 11 de Barcelona ha condenado a un año y medio de prisión por un delito contra la intimidad, con la atenuante de anomalía o alteración psíquica, al haber filmado a la mujer sentada en el wáter. Y también tendrá que indemnizarla con 900 euros por los daños morales ocasionados.
La suegra del procesado, Ana Mª M.V. le llevó a los tribunales tras descubrir su mujer una cinta de video en su mesita de noche que, al visionarla, mostró las imágenes de la mujer sentada en el inodoro. Momentos antes, y según consta como hecho probado la sentencia, Enrique Cardona «instaló en el cuarto de baño de su domicilio -situado en la urbanización Can Armengol de Corbera de Llobregat- una videocámara que colocó procurando ocultarla en una caja grande en la que hizo un agujero, encima de la ducha, y enfocando directamente el inodoro».Y así, «con la intención de atentar contra la dignidad e intimidad de terceros«, obtuvo imágenes de su suegra, «en la que ésta aparecía realizando sus necesidades fisiológicas, sin contar con su consentimiento»
La defensa de Cardona pidió su absolución. El motivo lo explicó el mismo acusado durante el juicio: que estaba arreglando el sistema eléctrico del baño y que de pronto se le ocurrió «comprobar el mecanismo de una cámara oculta» como las que salen por televisión y que, cuando su suegra llegó a casa y entró en el baño no la avisó porque «no le dio tiempo«.