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Decenas de miles de visitantes apuran las últimas horas de la Exposición Internacional de Zaragoza, que los Reyes clausurarán mañana, en una jornada multitudinaria en la que la muestra ha superado los cinco millones y medio de visitantes.

Como hacían presagiar las previsiones y aunque han quedado sin utilizar cientos de miles de pases, la Expo ha sido «invadida» durante la última semana por los zaragozanos, que han contribuido a que se supere la cifra de cinco millones y medio que había pronosticado la organización.

La Oficina Internacional de Exposiciones (BIE), que este sábado ha hecho un primer balance durante la celebración de su Día de Honor, ha destacado el «éxito incontestable» de la muestra, cuyas enseñanzas —ha dicho el presidente de este organismo, Jean Pierre Lafon— servirán a las próximas ‘expos’ para abordar los desafíos del futuro del planeta.

Entre las dudas y la satisfacción
No obstante, el ex presidente del BIE Ole Philipson dio ayer un toque de atención al recomendar a la Oficina Internacional de Exposiciones que contribuya a mejorar «aún más» la calidad de los pabellones y lamentó la falta de repercusión internacional de la muestra.

Más satisfecho, el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, ha asegurado que la Expo se ha convertido en un éxito que todo el mundo ya reconoce y ha destacado que su celebración ha demostrado la voluntad de los aragoneses de movilizarse con aspiraciones colectivas.

Tras estas primeras evaluaciones llegará este domingo la del alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, quien está dispuesto a organizar en 2014 una nueva Expo en Zaragoza que se dedicará a la horticultura, aunque, según ha señalado, este proyecto está todavía «verde».

Los organizadores de la muestra, con el presidente de Expoagua, Roque Gistau, al frente, aguardarán al lunes para hacer su balance final, si bien ya han adelantado en la ceremonia de clausura de la Tribuna del Agua que la Expo cierra con «notable éxito».

En opinión de Gistau, la Tribuna del Agua ha sido precisamente una herramienta que se ha «vendido mal», aunque si se consiguen trasmitir bien sus conclusiones, recogidas en la Carta de Zaragoza, debería marcar un antes y un después en la gestión del agua y de los recursos naturales.

En ese acto, se puso punto final al «mayor congreso del agua en la Tierra», que ha reunido a 2.316 expertos, 17.000 personas y 422 ponentes de 148 países, entre ellos destacadas personalidades como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el último presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, el presidente de México, Felipe Calderón, el príncipe heredero de Holanda, Guillermo Alejandro, y el de Japón, Naruhito.

La Expo ha servido este sábado para que la Confederación Sindical Internacional (CSI) suscribiera la «Declaración de Zaragoza», con la que se pretende reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal agente causante del efecto invernadero, entre un 20 y un 40 por ciento hasta el año 2020.

En el acto han estado presentes los secretarios generales de la CSI, Guy Rider, UGT, Cándido Méndez, y CCOO, José María Fidalgo Méndez, quienes han reclamado un modelo productivo que no esté asentado en la «sobreexplotación» de la naturaleza, porque «nos castigará si la seguimos castigando».

También bajó el telón el pabellón de Iniciativas Ciudadanas, El Faro, que confía haber servido de ejemplo para que la experiencia de haber dado voz a la sociedad civil en un acontecimiento de estas características se repita en las próximas «expos».

Shangai 2010, Yeosu 2012 y Milán 2014 recogerán el testigo de Zaragoza 2008, que en los próximos meses transformará su aspecto y convertirá sus 25 hectáreas en un parque empresarial.