Lucha contra la piratería en el sector sanitarista: sin pausa, sin tregua.

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Hemos pedido a empresas del sector del baño que nos cuenten su experiencia más sorprendente o escandalosa en el tema de la piratería. Y la verdad es que algunas anécdotas no dejan de ser jugosas. Como ejemplo cabe citar el caso Gessi.
Lo explica Antonio Romero, el gerente de su filial española: «La marca Gessi ha llegado a cerrar un stand de la competencia en una feria porque había otro exactamente igual al nuestro. Los organizadores de la feria se dieron cuenta que el stand de Gessi era el original y diseñado con anterioridad, y retiraron el stand gemelo».

O sea, que en la piratería se llega a extremos realmente increíbles, pirateando incluso un stand. Muchas son las desagradables experiencias que han tenido conocidas empresas del sector. La más escandalosa de Cerámicas Gala es «la identificación en el mercado internacional de una copia total de una de nuestras series, la Elia, así como la copia de catálogos que acompañaban a dicha colección para aumentar su venta».

Una destacada firma de grifería, que prefiere permanecer en el anonimato, explica que «en un país asiático encontramos una empresa que había copiado una familia de productos a instancias de un competidor nuestro en el mercado americano. En otra ocasión, nos encontramos con que el nombre de nuestra empresa había sido registrado en China». En las ferias es habitual toparse con copias. Le pasó a Roca Sanitario en Cevisama 2007, cuando se encontró ocho casos de empresas que exponían productos suyos copiados.

Otra firma de grifería detectó también en una importante ferial nacional tres copias de sus productos «en aquellos stands que, para entendernos, se ubican más bien en las esquinas de los pabellones».

«El mismo, pero más barato»
Los establecimientos comerciales son otro lugar habitual en el que se pueden encontrar productos pirateados. «Muchas veces – explica Estefanía Ferrer, Responsable del Departamento Jurídico de Arco -son nuestros propios clientes los que nos envían muestras de producto copiado adquirido en otro comercio».

La colaboración de la distribución resulta, en efecto, crucial para detectar y, en lo posible, parar el fenómeno. Si el primer concienciado del problema no es el distribuidor, será difícil parar la rueda, aunque el origen esté en otra parte.

Es aleccionadora, en este sentido, una frase recurrente que circula entre algunos comercios del sector y que afecta a cualquier producto sanitarista, sobre todo si es de una marca conocida y acreditada. Es la respuesta que da un comerciante a un consumidor que se muestra indeciso ante dos productos iguales: «Éste (el copiado) es el mismo, pero más barato».

En este sentido, los proveedores son implacables con los distribuidores que aceptan productos piratas. Les cortan toda relación comercial y dejan de ser sus clientes. «En este aspecto – afirma Diego Buades, máximo responsable de Hansa en España – somos intransigentes. En cada país en el que opera, Hansa tiene poderes notariales para perseguir la distribución de estas prácticas fraudulentas y eventualmente cerrar el comercio en el que se realizan».

El precio y el mercado
Pero ahí, en el precio, se encuentra, sin duda, una de las claves del problema. Porque más allá de satanizar a los responsables del problema, hay que tener en cuenta aspectos más estructurales. El máximo responsable de una acreditada firma de grifería intenta ofrecer una perspectiva más amplia, poniendo de relieve el peso que juega el precio. «A escala mundial, el concepto de copia no siempre está ligado a la piratería. Se abre aquí un de bate muy interesante sobre el valor de la marca y el coste del producto. En aquellos casos en que el precio de venta de un producto está fuertemente condicionado al valor de la marca, mientras que el coste industrial del producto es relativamente bajo, se produce una reacción lógica por parte de un mercado regido por la ley de la oferta y la demanda. Ya nadie se acuerda de los japoneses que en los años 70 desembarcaron en Europa con cámaras de fotos y ‘copiaron’ todo tipo de productos. Hoy en día, el producto japonés está ligado al concepto de calidad»
Si no es la causa, por lo menos es un motor. El tema ‘precio’ impulsa a menudo el pirateo y, en casos extremos, llega a desbaratar el propio mercado, hundiendo a unos y a otros. Un fabricante de grifería explica que «hace muchos años vendimos en China un serie de monomando que tuvo mucho éxito. Al cabo de poco tiempo aparecieron copias del producto, que, por sus precios de fabricante, hicieron inviable la venta de los productos europeos. Y luego los propios chinos dejaron de interesarse por nuestros productos».

El origen del problema parece, por tanto, simple (tema ‘precio’). La mayoría de los productos pirateados en el sector sanitarista proceden de la zona asiática, concretamente de China, si bien también se ha detectado otros focos, como países árabes. Pero, como en otros temas, la zona de destino también juega un papel importante. La polarización que se detecta en el movimiento del consumo en los países desarrollados, con una doble ampliación por arriba y por abajo, de productos y servicios de ‘bajo precio’ y de ‘lujo’, respectivamente, constituye un poderoso estímulo en la venta de este tipo de productos.