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La desaceleración del mercado de la construcción ha impactado lógicamente de manera negativa en el nivel de ventas totales de este producto en sus diferentes líneas». La declaración corresponde a uno de los fabricantes generalistas de equipamiento de baño, que, con su perspectiva de conjunto, ofrece una descripción precisa de la tendencia del momento, si bien se guarda, por el momento, de profundizar en el proceso: «Aún es pronto para sacar conclusiones de este decrecimiento, dado que no se ha cerrado el año».

En estas condiciones, la mayoría de los proveedores declaran crecimientos en los últimos meses claramente negativos o inferiores a los previstos. Pero ‘inferiores’ significa en este caso que se sitúan en torno al 8%, lo cual no deja de ser sintomático de la resistencia que ofrece este mercado a la caída. Por el momento, una empresa del peso como Roca define la actual fase como de «crecimiento desacelerado». Habrá que ver, en cualquier caso, la evolución de los próximos meses, cuando se hagan sentir con más fuerza las consecuencias de la actividad constructiva en los acabados de obra, entre los que se incluyen los platos de ducha.

Ampliación de gamas
A pesar de todo, el sector se muestra relativamente optimista, entre otras razones porque se trata de un producto en plena evolución y que, a juicio de muchos, no ha agotado sus posibilidades funcionales y técnicas. La amplitud de la oferta que caracteriza este mercado es un buen indicio de la variedad de respuestas a la que hace frente. Así, se venden platos de ducha de grandes dimensiones, de formas rectangulares, acorde con la sustitución de la bañera por el plato o con la tendencia a los grandes espacios de ducha (con dos zonas, húmeda y seca) y la búsqueda de un mayor confort en espacio disponible.

Pero también se venden bien los platos de ducha de dimensiones más pequeñas, de formato cuadrado, en razón de la disminución del espacio en la vivienda, que facilita la entrada de modelos específicos para espacios reducidos.

El sector asimismo ha ido ampliando la gama de posibilidades en medidas y formas para adaptar el plato de ducha a las más específicas necesidades del espacio del baño.

En suma, la versatilidad del plato de ducha lo hace hasta cierto punto inmune a los cambios de tendencia en el mercado del equipamiento de baño de obra nueva, aunque, evidentemente, sin poder obviar los movimientos puramente cuantitativos.

Así, si bien es cierto que la caída de la ventas de viviendas tiene una consecuencia directa en la (menor) instalación de platos de ducha en la primera obra, no es menos cierto que este producto se ha erigido ya en un equipamiento de baño habitual, puesto que cada vez más se propone en obra nueva al menos un cuarto de baño con zona de ducha.

El factor demográfico
Hay que tener en cuenta que las causas que han motivado el auge del plato de ducha no han desaparecido, sino que se mantienen en todo su vigor. Como razón principal hay que considerar la sustitución de la bañera por el plato, que prosigue su evolución, y ahora quizás con renovado interés, dada la sugerencia de cambiar el hábito del baño por la ducha ante la perentoria necesidad de ahorro de agua en nuestro país.

Al mismo tiempo – y aunque tal vez sea contradictorio con lo anterior -, la revalorización del espacio de ducha como ámbito de wellness propicia la instalación de columnas y cabinas de hidromasaje, por un lado, y de grandes rociadores, por otro, que precisan obligatoriamente como complemento un plato de ducha.

La composición demográfica de la población española también contribuye a la progresión de ventas de platos de ducha. El envejecimiento de la pirámide poblacional induce a la instalación de platos de ducha para un aseo más cómodo y seguro. Y la atención que se les presta cada vez más a las personas discapacitadas va en la misma dirección, aumentando la demanda de platos de ducha de carácter extraplano.

En todos estos casos, se trata del segmento de la rehabilitación, en el que el plato de ducha alcanza sus más altas cotas de colocación, en torno al 70% del mercado total.

Materiales, colores, diseños
No es sólo la variedad de medidas y formatos la que ha posibilitado que el sector mantenga hasta ahora su dinamismo. La ampliación de la oferta en materiales, colores, acabados, etc. ha dado un nuevo impulso a la demanda, que se ha visto favorecida por un más amplio abanico de opciones, entrando a formar parte de la decoración del baño con las mismas aspiraciones que otras piezas del baño.

La evolución más espectacular ha correspondido a los materiales. El plato de cerámica, por sus propiedades de resistencia y durabilidad, sigue siendo el rey, seguido del sintético (mayoritariamente acrílico), que ofrece flexibilidad -lo que permite fabricar formas más grandes y diversas-, y a continuación el de gres y el metálico (sobre todo en obra nueva).

Pero los nuevos materiales, y en primer lugar, los que se han dado en llamar de tipo solid surface, así como también materiales tradicionales, como la piedra, el mármol y el granito, unos y otros con superficies anti-deslizantes y anti-bacterianas, han irrumpido con fuerza.

De estos materiales nuevos y no tan nuevos destaca la versatilidad, ya que los hace componibles con el resto del baño, tanto con el suelo como con las paredes, pudiendo dar así una apariencia de continuidad espacial que potencia la visibilidad y transparencia general en la estancia, al tiempo que garantiza la plena accesibilidad.

La entrada de los colores también ha puesto de manifiesto la disponibilidad decorativa del plato de ducha, que puede entrar en sinergia con la columna de hidromasaje o con la tonalidad general que domina el baño.

En el mismo sentido, se han empezado a proponer dibujos o motivos geométricos en el interior del plato, abandonando la monotonía de las formas.

El diseño también se ha hecho presente con el cambio de posición del desagüe, que de hecho puede ya colocarse en cualquier lugar del plato. De todas formas, la variedad de colores, materiales y formas convergen en el carácter extraplano, condición que se ha hecho ineludible a la hora de presentar una oferta actual en plato de ducha.