El consumo de agua por habitante sitúa a España en el quinto lugar del mundo

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España ocupa la quinta posición a escala mundial en cuanto a «huella hídrica», variable que analiza el volumen de agua dulce usada globalmente para producir los bienes y servicios consumidos por cada ciudadano.

Nuestro país, además, forma parte del grupo de Estados del Mediterráneo (Grecia, Italia, Portugal y Chipre) que tiene cada vez un mayor estrés hídrico, una situación en la que el agua empieza a ser un bien escaso al ser más importante la demanda que la cantidad disponible.

Así se desprende del Informe Planeta Vivo 2008 de WWF/Adena, elaborado en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres y la Red de la Huella Global, y que ha sido presentado hoy simultáneamente en varias ciudades europeas.

El documento advierte de que el planeta se enfrenta a una recesión ecológica, ya que la «huella ecológica» -indicador que estima la cantidad de recursos naturales necesarios para sostener el nivel de consumo de una sociedad y asimilar sus desechos- excede la capacidad de regeneración de la Tierra en un 30 por ciento.

Concluye que más de las tres cuartas partes de la población mundial vive en países «deudores ecológicos», en los que su consumo nacional ha excedido su propia biocapacidad.

De esta forma, una gran mayoría de los ciudadanos están manteniendo estilos de vida y crecimiento económico utilizando el capital ecológico de otras partes del mundo.

Los países con mayor huella ecológica son Estados Unidos y China, ya que cada uno de ellos utiliza cerca del 21 por ciento de la biocapacidad del planeta.

España ocupa la posición número duodécima a escala mundial y tiene un déficit ecológico del 338 por ciento, lo que significa que necesitaríamos casi 3,5 países más para mantener nuestras actuales demandas.

Además de la «huella ecológica», el informe incluye por primera vez datos sobre la «huella hídrica», un indicador que muestra, por ejemplo, la importancia del agua utilizada como materia prima en la fabricación de una camiseta de algodón (2.900 litros) y que permite medir el impacto en las reservas mundiales de agua.

Cada persona gasta una media de 1,24 millones de litros de agua cada año (aproximadamente la mitad de una piscina olímpica) y el informe advierte de que unos 50 países están sufriendo actualmente «un estrés hídrico severo», una situación que aumentará a consecuencia del cambio climático.

Por otro lado, el Índice Planeta Vivo, medida obtenida del estudio de la evolución de 5.000 poblaciones de 1.886 especies, ha descendido un 30 por ciento desde 1970, debido, principalmente, a la deforestación y la transformación de los usos del suelo en los trópicos, aunque también al cambio climático.

El documento, una radiografía de la salud de nuestro planeta, subraya que el gasto «imprudente» de los recursos naturales «está agotando el capital natural del mundo hasta un punto en el que estamos amenazando nuestra prosperidad futura».

Según el informe, «si nuestras demandas sobre el planeta continúan a este ritmo, a mediados de la década del 2030 necesitaremos el equivalente a dos planetas para mantener nuestros estilos de vida».

A pesar de este panorama sombrío, el informe considera que «no es demasiado tarde para impedir una recesión ecológica irreversible y, por ello, incorpora una serie de soluciones clave, llamadas «cuñas de sostenibilidad», para abordar los excesos ecológicos que provocan los diferentes sectores y amenazas.

En cuanto al reto que representa el cambio climático, el documento muestra que la eficiencia energética, las energías renovables y la disminución de emisiones podrían satisfacer las demandas energéticas para el año 2050.