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Hace 17 años se hizo famoso, sin saberlo, al convertirse en portada de uno de los discos más venerados de la Historia de la música. Spencer Elden, el bebé de cuatro meses que puso rostro a ‘Nevermind’, de Nirvana, va ahora al instituto y ha repetido la foto que un amigo de sus padres le hizo entonces en la piscina de Pasadena, en California.

‘Nevermind’, que vendió 10 millones de discos sólo en EEUU, era el segundo álbum de estudio de la banda y traía varias joyas: ‘Smell like teen spirit’ era una de ellas, una canción que se convirtió en himno generacional de los 90 para los millones de adolescentes que lloraron la muerte de Kurt Cobain. Otra estaba en la carátula del disco y no era más que un bebé, pero acabó formando parte de la imaginería ‘grunge’ y del testamento del marido de Courtney Love.

Este infante, Spencer Elden, ha desafiado a sus fantasmas —en MTV reconoció que le da miedo pensar que las multitudes le puedan ver como «una de las mayores estrellas porno del mundo»— y ha recreado la misma foto, en el mismo escenario: el centro acuático Rose Bowl.

No es la primera vez que lo hace, ya que, para conmemorar el décimo aniversario del disco, la revista ‘Rolling Stone’ le pidió que rememorara la estampa. Tenía 10 años y, como ahora, posó con bañador. Así se reserva sus secretos y puede seguir usando su clásico truco para ligar: «Suelo usar frases estúpidas como ‘¿Quieres ver mi pene… otra vez?'», confesó el célebre púber a la cadena musical.

La diferencia con aquella recreación es que, por ahora, no se sabe por qué razón Spencer se ha vuelto a lanzar a la piscina.

Sus padres cobraron 200 dólares por dejar que su hijo fuera el modelo para el disco de una banda desconocida. Su amigo, el fotógrafo y apasionado del submarinismo Kirk Weddle, recibió el encargo de Nirvana y gastó todo un carrete hasta conseguir retratar al pequeño Spencer en la foto perfecta, que ha convivido con él toda su vida y que desde niño decora su habitación.

Elden, que no ha ingresado ni un céntimo por derechos de imagen, le cogió el gusto a posar —no sólo debajo del agua, a pesar de ser un buen jugador de waterpolo— y con 12 años fue portada de otro álbum, el ‘The dragon experience’ de Evin Key. Junto al póster de Nirvana, grupo que aún admira, conserva en su habitación un disco de platino y la promesa de reunirse algún día con los músicos que compartieron su éxito.