De los llamados países del primer mundo, España es posiblemente uno de los que peor ha gestionado sus recursos hídricos.
Durante décadas, los gobiernos han dedicado las inversiones a construir embalses, ampliar regadíos, promover desarrollos turísticos y degradar, cada vez más, los ecosistemas acuáticos: ríos, humedales, lagos y marismas, muchos de ellos dependientes de los acuíferos.
España es ahora el país con más embalses del mundo por habitante, sin embargo no hemos sabido gestionar este recurso natural. Así lo demuestran los más de 500.000 pozos ilegales, la pérdida de una quinta parte del agua urbana en redes obsoletas, el hecho de que sólo depuremos la mitad de las aguas residuales urbanas, los 10.000 vertidos industriales al año y la desaparición de más del 60% de los humedales.
Nuestro consumo de agua es insostenible. En la costa mediterránea no caben otros 150 campos de golf sostenibles y el regadío ha dejado seco a muchos acuíferos y humedales, como las Tablas de Daimiel.
El regadío consume el 80% del agua en España, muchas veces practicado sólo para cobrar más subvenciones y a costa de producir excedentes.
¡Necesitamos un cambio significativo y urgente! WWF/Adena apuesta por:
Una nueva política agraria y de desarrollo rural
Una mejor gestión del agua
Una mayor eficiencia del uso del agua en el campo y la ciudad
El cobro del coste real del agua a los usuarios
La restauración de ríos y humedales, incluyendo la asignación de caudales ambientales