En las claras noches nigerianas, un niño pregunta por qué la luna luce en el cielo, y el hombre más anciano de la tribu le cuenta esta historia.El sol y el agua eran grandes amigos, de forma que se veían muy a menudo. El sol visitaba frecuentemente al agua, pero se quejaba de que el agua nunca le visitaba a él. Un día se lo dijo. El agua le contestó que su familia era muy numerosa, y que no iba a visitarle porque temía no caber en casa del sol.Acordaron que el sol construiría en su casa un inmenso jardín para alojar a la familia del agua, y así lo hicieron. Cuando el jardín estuvo listo, el sol y su novia, la luna, invitaron al agua y a toda su familia a visitarles en su casa.Comenzó a entrar el agua con su familia: los ríos, los lagos, los mares e incluso los peces y criaturas marinas. Preguntó el agua al sol si debía seguir pasando su familia, ya que el agua les llegaba ya al sol y a la luna por las rodillas. Éstos accedieron, y volvió el agua a repetir la pregunta cuando el agua les llegaba al cuello. El sol y la luna no podían hacer otra cosa que seguir accediendo, a estas alturas.Así que la familia del agua siguió entrando, y finalmente el sol y la luna tuvieron que salir de su casa, yéndose a vivir al cielo, donde permanecen desde entonces.