El placer más puro de darse una ducha se vive especialmente durante los meses estivales. Una ducha refrescante no sólo actúa beneficiosamente tras un largo y caluroso día en la oficina o en el pesado ambiente urbano: también proporciona el impulso necesario por las mañanas, de forma sencilla y eficaz, para arrancar el día. Los peelings, los champús de agradables olores y los demás productos de ducha son pequeños alicientes para el cuidado del cabello y la piel. Una mascarilla hace maravillas para que la piel facial, especialmente sensible, se nutra con las vitaminas necesarias que pierde a consecuencia de la traspiración. Una inyección especial de frescura: congele el gel de ducha en cubitos de hielo. Frote su cuerpo con los cubitos de gel bajo el chorro caliente de la ducha. Una agradable alternativa a la ducha alterna de frío y calor clásica, y al mismo tiempo, una forma ideal de empezar un día de verano. Si además pone el chorro de agua en función de masaje, obtendrá una relajación integral.