Con lo del cambio climático está pasando como con la crisis: a fuerza de verlo en las noticias a diario, nos estamos acostumbrando. Está bien que lo vayamos asumiendo, porque el calentamiento global ya está en marcha y no hay vuelta atrás. Bajo esta premisa de lo inevitable se han reunido varios especialistas en Santiago de Chile, auspiciados por la embajada de Estados Unidos y la Academia Estadounidense para la Ciencia y la Tecnología.
Las conclusiones son claras. Los glaciares que están a menor altitud está desapareciendo definitivamente; los que están por encima de los 5.500 metros están experimentando la «sublimación», es decir, el paso del estado sólido al gaseoso directamente. Y los que tienen una altitud media son los que más agua contienen, los que más interesa preservar.
En países como Chile, los glaciares abastecen al ser humano de agua, energía y agricultura. Lo mismo ocurre en Tanzania, a los pies del Kilimanjaro; en 2020, el glaciar de su cima habrá desaparecido. Adiós al agua que contiene.