Mi cuñada, que es una envidiosa, no se lo creía: «¿pero cómo vas a hacer una ducha en esa miniatura de cuarto de baño que tienes?» Mi baño es muy pequeño, sí. O eso pensaba yo, hasta que decidí cambiar la bañera por un plato de ducha. Antes, para salir, tenía que abrir primero la puerta del todo, que iba justo hasta el mismísimo lavabo. ¡Ahora, si quiero, puedo hasta hacerme unas flexiones en el baño!
En serio, es increíble lo que se puede conseguir con una correcta redistribución del espacio. La misma empresa que cambia la bañera por un plato de ducha –antideslizante, a ras del suelo, de último diseño- tiene un servicio integral para el baño.Si lo necesitas, pero no ha hecho falta: sólo quitar la bañera ha dejado una gran sensación de espacio libre, y hemos cambiado las bisagras de la puerta de entrada. ¡Voilà! Baño nuevo, en el mismo día y sin obras molestas. ¡Voy a llamar a mi cuñada ahora mismo!