El ritmo que nos impone el trabajo, las obligaciones familiares, los compromisos… acaban minando nuestra salud y nuestro equilibrio. Los expertos recomiendan hacer frente al estrés antes de que éste se instale definitivamente en nuestra vida, haciéndose crónico.
Rebajar el estrés pasa por reducir voluntariamente el ritmo de nuestra actividad, volviendo a establecer prioridades -no se puede llegar a todos los «trenes»-. Además, debemos favorecer un buen descanso. La mejor forma de prepararte para un sueño reparador la tienes en casa: una relajante ducha caliente.
Te recomendamos que añadas unas gotas de esencia de lavanda, un relajante natural, a la esponja. También existen geles de lavanda, pero en esencia es más concentrada y efectiva. Date una ducha sin prisas y con agua ni muy fría ni muy caliente. En el aclarado, tómate unos instantes para incidir en la zona de la nuca con agua a presión. Antes de acostarte, añade unas gotitas de la misma esencia de lavanda a tu almohada. ¡Dulces sueños!