Una buena amiga nuestra, Angélica de WarmUp, nos envía este post hablando de uno de nuestros sistemas de calefacción favoritos: el suelo radiante.
Caminar en la mañana hacia una sala de baño calida en un amanecer frío, es uno de los pequeños placeres en la vida justificable, pero tropezar con un radiador convencional, que no va con la decoración y un poco destrozado ya no lo es, más aún sabiendo que existen opciones de calefacción que van bien en todos los espacios, sean pequeños o grandes.
Estamos de acuerdo, un baño tiene que ser acogedor, no importa el estilo, si es tradicional o contemporáneo, es indispensable que esté caliente sobre todo cuando más se le necesita y es por esto que el suelo radiante es una opción ideal para lograrlo.
El sistema de calefacción por suelo radiante es bastante conveniente si se toman en cuenta sus ventajas, como por ejemplo, la naturaleza invisible de su instalación, que a la vez significa prescindir de radiadores en las paredes, obteniendo más espacio disponible para muebles de almacenamiento, zonas de secado con toalleros o simplemente para decoración.
Por otra parte el calor emitido es uniforme, brindando una placentera “temperatura de confort” debido a la disminución de la temperatura ambiente, uno de sus principios de funcionamiento, y lo que nos lleva a considerar su eficiencia, con un ahorro de energía del 5% por cada grado, es decir, del 15% para instalaciones de calefacción por suelo radiante frente a los sistemas tradicionales, a igualdad de tiempo y temperatura de utilización.
Por lo anterior y muchas buenas razones más el sistema de suelo radiante es ideal para la sala de baño, ya sea en obra nueva o en reforma. El sistema esta disponible en red PFM, red PVC o hilo suelto según la particularidad de su proyecto. Muy seguramente no se decepcionará de haber elegido uno de los sistemas de calefacción que ha ganado mayor aceptación en los últimos años tanto en España como en el mundo entero.