Todos los urbanitas empedernidos extrañamos la vida rústica (aunque no nos sacase del asfalto ni una bomba nuclear). Esa dicotomía de nuestra insatisfecha sociedad: siempre ansiar y extrañar lo que uno no tiene. Lo cierto es que hay varias tácticas para acercar el campo a la ciudad, entre ellas y la más fácil es introducir elementos rústicos en nuestra decoración.
Realmente darse un baño en esta bañera de piedra, debe ser una sensación cercana al bañarse en una poza o un río (salvado las obvias distancias). Estas bañeras son únicas, cada una se hace a mano, procedente de una sola gran piedra, por lo que no hay dos iguales. La forma exterior viene determinada por la forma natural de la roca.
La creación de cada bañera tallada en madera es inspirada por la combinación de forma, color y textura, resultando en una pieza realmente única y funcional de ilustración, disponible en varios tamaños y modelos, aquí.