Vamos constantemente esas imágenes de spas maravillosos y gente con cara de paz. Lo cierto es que uno en su casa con unos recursos mínimos puede hacer de su baño un espacio para el relax y descanso. Para tiempos de crisis soluciones prácticas.

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Lo primero, busca un rato de intimidad, unas velas aromáticas y una música relajante de fondo. La primera opción sencilla es un baño con aromaterapia, añadiendo al agua bolitas de aromaterapia  o unas gotas de aceites esenciales, según el efecto que esperemos, el aceite de almendras es hidratante, el de limón mejora el ánimo y el de lavanda es ideal para relajarnos.

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Una alternativa a los aceites son las sales de baño. Ya hemos hablado alguna vez de las propiedades desintoxicantes de un baño de sal. Podemos elegir las sales de magnesio muy útiles para aliviar tensiones musculares.

Es interesante terminar el baño con un “circuito termal”, una ducha tonificante de agua fría, gradualmente hasta llegar al punto más frío. Activaremos la circulación y tonificaremos nuestra piel.