Uno ya no sabe qué esperar, el otro día en el Metro fui involuntaria espectadora de una micro obra de teatro, con vestuario y canciones. La necesidad desde luego agudiza el ingenio, además vivimos en una época en la que buscamos constantemente la sorpresa,   el restaurante escondido, la sala clandestina. Puedes ver cine en una cafetería, comprarte libros en un mercado o tomarte un vino en una librería.

Lo último nos llega de Londres (cómo no) el Attendant Cafe, un espacio gourmet dentro de unos baños públicos. Así a priori, suena raro y poco tentador. Pero solo hay que asomarse a las fotos para ver que es un acierto. Los dueños invirtieron 150.000€ en la reforma, con la idea de que siga pareciendo un lavabo público del S. XIX. Además, se trata de un espacio gourmet, donde se puede degustar deliciosos sándwiches preparados por un cocinero avalado con una estrella Michelin. Sanwich gourmet en un wc del XIX. Lo que decimos, cada vez es más difícil sorprendernos.