Seguramente a alguno le haya pasado esa situación, movimiento torpe, smartphone sale disparado, cámara lenta, cara de pánico, y uno ve cómo el móvil se dirige directo a la temida agua, en un alto número de ocasiones al wc de donde hay que rescatarlo. Grito melodramático de película: ¡NOOOOO!
Ataque de pánico, ¿qué hacer? El primer instinto nos lleva a secarlo y ver si funciona, craso error, cuando el teléfono ha estado en contacto con el agua, nunca hay que encenderlo. Si seguimos unos sencillos pasos, podremos recuperar nuestro querido iPhone, como si nada hubiese pasado.
En primer lugar, hay que sacarlo lo antes posible del agua. En este sentido, cuanto más tiempo esté sumergido, mayor será el riesgo de que la avería sea irreparable.
Siempre que se pueda y si el móvil cuenta con batería reemplazable, hay que intentar retirarla para minimizar el riesgo de cortocircuito en el terminal.
En el supuesto de que su móvil no cuente con una batería reemplazable (como en el caso de los iPhone, no intentar encenderlo o apagarlo si estuviese todavía encendido.
Es imprescindible retirar todos los accesorios acoplados al móvil, como fundas o carcasas. De esta manera, se facilitará un secado más rápido. Lo siguiente es retirar la tarjeta SIM, secar el móvil con una toalla. Ahora viene la parte más importante, el arroz. Si, no es una leyenda urbana, es real y funciona. El arroz absorbe la humedad incluso la existente en el interior del dispositivo. 24 horas serán suficientes, pero siempre resistiendo la tentación de intentar encenderlo antes.
Otra de las medidas que habitualmente se toman y que son muy perjudiciales, son intentar secar el teléfono con un secador, de nuevo, error, el calor de éstos pueden dañar la electrónica del dispositivo.