Llega el verano y los baños, los viajes, el cambio de clima, la humedad son factores que afectan directamente a nuestros oídos, por eso nos ha parecido relevante e interesante una serie de consejos para cuidarlos.

El oído es una de las partes más delicadas y sensibles del organismo por lo que requiere de una especial atención y cuidado, con el fin de evitar que resulte dañado y que se pierda capacidad auditiva de forma prematura. En España se estima que más de 3 millones de personas padecen algún grado de pérdida auditiva y más de la mitad lo desconoce.

Cuidado-de-los-oidos

Algunos consejos básicos, pero que habitualmente ignoramos:

1. Evitar los entornos ruidosos: estar expuestos de forma prolongada a sonidos intensos como tubos de escape, construcciones en obra o el bullicio de las fiestas populares, bares y discotecas, podría causar dolencias irreversibles en el tímpano e incluso sordera si es superior a los 90 db.

2. Disminuir el volumen de los aparatos electrónicos: poner la radio o la televisión a gran volumen o escuchar música fuerte con el mp3 son factores de riesgo para la salud auditiva, siendo los adolescentes quienes presentan mayor peligro de experimentar alguna dolencia de este tipo a largo plazo.

3. Facilitar la regulación de presión al viajar en avión: al producirse el despegue y el aterrizaje de los aviones, las trompas de Eustaquio tratan de regular la presión del aire que entra en el canal auditivo para que éste no se dañe, provocando así una molesta sensación en nuestros oídos. Por ello, para facilitar este proceso y disminuir esa incómoda molestia, similar a la producida al escalar una montaña o al zambullirse en el agua, es útil bostezar, espirar aire por la nariz o mascar chicle.

4. Evitar las corrientes de aire al conducir: tener la ventanilla del coche bajada mientras se conduce incrementa el riesgo de contraer infecciones como la otitis, debido al exceso de aire en el canal auditivo.

5. No utilizar bastoncillos ni elementos punzantes: los oídos poseen un mecanismo de auto limpieza para eliminar las partículas de cerumen que se forman en su interior.

6. Sumergirse en el agua lentamente: al zambullirse en el agua, la presión existente es mucho más acusada que en la superficie por lo que el oído, de forma automática, activa un mecanismo para regularla. La entrada brusca en agua puede hacer que entre líquido en los oídos y la consiguiente aparición de infecciones.

7. Usar tapones a medida para proteger la audición y bañarse en aguas limpias: tanto si se está en la piscina o, con la llegada del buen tiempo, en la playa, es conveniente proteger adecuadamente los oídos para que no se generen tapones.

Si seguimos estos fáciles consejos tendremos una mejor salud auditiva.