Hoy os traemos un par de ideas para darle a vuestro piso un nuevo aire y un toque moderno: transformar vuestra suite en un estudio y reformar vuestra cocina tradicional y converirla en una cocina con isla.
Imaginemos que vivís en un piso de unos 100 metros cuadrados, con salón-comedor, cocina, tres dormitorios, siendo uno de ellos una enorme suite y dos cuartos de baño (uno incorporado en la suite). Si ese es el caso, puede que ya no os haga falta uno de los dormitorios, y que en cambio necesitéis un espacio en el que poder trabajar cómodamente desde casa. La solución es sencilla: convertir uno de esos dormitorios en un práctico estudio.
Para ello podéis elegir uno de los dormitorios pequeños o la suite. En el primer caso las obras brillarán por su ausencia (excepto quizás una mano de pintura), ya que únicamente habrá que retirar el mobiliario de la habitación y adecuar esta a vuestras necesidades pensando siempre en la funcionalidad y en vuestra comodidad. Si en cambio queréis hacer vuestro estudio en la suite el proceso será el mismo, solo que en esta ocasión las obras serán inevitables, ya que habrá que eliminar el cuarto de baño. Y si el espacio resultante os parece demasiado grande para vuestro estudio, siempre podéis utilizar parte de ese espacio para ampliar las habitaciones colindantes (otros dormitorios, el salón o la cocina). Para conseguirlo bastará con derribar uno de los tabiques y levantar uno nuevo reduciendo el espacio del estudio en favor de la cocina, por ejemplo.
Y ahora pasemos a la cocina. Si buscáis darle un aspecto distinto una buena opción es convertir vuestra cocina tradicional en una cocina con isla, y más si os podéis beneficiar del espacio adicional que habéis ganado al convertir vuestra suite en un estudio. Pero en ese caso es muy probable que la pared que separara ambas habitaciones fuera en la que se encontrara el lavabo, la vitrocerámica, la encimera y el lavaplatos, por lo que si la derribáis deberéis reorganizar al completo vuestra cocina. Pero no os preocupéis, ¡para eso tendréis vuestra nueva isla!
Además, si vuestra cocina comparte pared con el salón podéis derribarla y crear una agradable barra de desayuno, lo que no solo le dará una mayor sensación de amplitud a la cocina, sino también una mayor cercanía y calidez. ¡Y también unas mejores vistas!