El verano es una época ideal para hacer reformas, y renovar nuestro hogar es mucho más sencillo de lo que pensamos. Con unos pocos cambios podemos darle un aspecto totalmente nuevo con el que volver a enamorarnos de él.
Cuando estrenamos nuestra casa todo está perfecto y a nuestro gusto. Pero el tiempo no perdona a nada ni a nadie, y nuestro hogar no es una excepción. A medida que pasan los años los materiales se van desgastando y deteriorando, y sin apenas darnos cuenta la decoración y el diseño de nuestra vivienda quedan anticuados y desfasados.
Una sencilla forma de dar un nuevo aire a nuestro hogar es lavándole la cara: es decir, dándole una nueva mano de pintura a las paredes de los distintos espacios de nuestra vivienda. Pero no podemos renovar nuestro hogar a la ligera, debemos pensar muy bien cuáles son los colores que mejor se adaptan a cada una de nuestras estancias.
Por ejemplo una buena elección es emplear colores como el blanco o el hueso en los techos para dar a nuestras habitaciones una mayor sensación de amplitud. Los tonos oscuros provocan el efecto contrario: dan la sensación de que los techos son más bajos. Obviamente también es el momento indicado para reparar cualquier desperfecto que se haya producido en alguna pared.
Otra forma sencilla de contribuir a dar más vitalidad y alegría a nuestro hogar es decorarlo con flores y plantas. Hay muchas plantas de interior que además de mejorar la estética de nuestras habitaciones también mejorarán nuestra calidad de vida al purificar el aire y eliminar productos químicos del ambiente.