Son noticias esperanzadoras. En la cumbre G8 celebrada en la localidad italiana de LAquila Se acaba de firmar el que seria el primer acuerdo entre los países ricos del mundo que integran el G8, y los países del continente africano.
El acuerdo incluye la Declaración del Agua, que contempla la adopción de una serie de medidas para facilitar el acceso de estos países al agua para el consumo y a unas condiciones de higiene adecuadas, sobre la base de una responsabilidad compartida y una gestión más coherente de los recursos naturales disponibles en el planeta.
Además de la cuestión del agua, la cumbre ha arrojado un compromiso por parte de los países desarrollados de invertir más de 20.000 millones de dólares para combatir el problema del hambre y distribuir los recursos alimentarios. Quizá sea el primer paso para asumir una actitud más responsable.