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Quizá no sea una cuestión tan peliaguda como la del Hamlet de Shakespeare, pero ha ocasionado más de un quebradero de cabeza familiar. Ya se trate de decidir qué tipo de baño instalar en nuestra casa nueva, o de pensar si remodelamos el baño de nuestra actual vivienda, existen grandes diferencias entre ambas opciones: plato de ducha o bañera.

La tendencia actual inclina la balanza a favor del plato de ducha, más cómodo, más funcional, más seguro y más ecológico. Para tomar nuestra decisión, tendremos que tener en cuenta factores como el espacio del que disponemos en el cuarto de baño y las personas que van a utilizarlo.

Si hay muchos niños, la ocasión es perfecta para empezar a enseñarles hábitos de higiene más responsables con el medio ambiente. La ducha ahorra agua (y dinero), y además puede ser un momento de diversión infantil, al igual que es un placer para los adultos.

Si en el caso de los niños es importante evitar los resbalones y caídas, la seguridad se convierte en prioridad absoluta cuando hablamos de personas mayores o con la movilidad reducida. Acceder a una bañera en estos casos es bastante arriesgado, obstáculo que se supera fácilmente instalando un plato de ducha a ras del suelo y con plato antideslizante.

Para usuarios jóvenes, la ducha también es todo un acierto. El ahorro de espacio supone una gran ventaja ahora que las viviendas disponen de menos metros cuadrados. La estética es un factor a tener en cuenta, y en ese sentido existe una amplia gama de diseños exclusivos y originales para platos de ducha: cuadrados, rectangulares, ovalados, redondos o con curvas, con cromoterapia, en cascada…

Dos factores que suelen tenerse muy en cuenta son el coste y las molestias de la obra. En este sentido, el coste de una bañera de material acrílico –las más económicas- es de unos 400 euros (sólo la bañera), mientras que es posible encontrar platos de ducha desde 120 euros. A este coste hay que añadirle el de la mano de obra y otros materiales, calcular si tiene el IVA incluido, etc. Lo más sensato es solicitar un presupuesto antes de comenzar con la reforma. Asimismo, es conveniente informarse de las posibilidades de financiación que ofrecen algunas empresas.

Y respecto a la obra, ya existen empresas que cambian la bañera por un plato de ducha en 24 horas y sin obras complicadas. El baño puede ser utilizado mientras dura la reforma, y los técnicos retiran la bañera –encargándose de llevarla a un punto limpio- e instalan la ducha nueva en una única jornada de trabajo.

Cámbiate a la ducha: es la higiene del futuro.