Despertarse y darse una ducha es placer de Dioses. Sus orígenes datan de la Antigua Grecia y del Antiguo Egipto. Una buena ducha relaja y proporciona un masaje estimulante a nuestras terminaciones nerviosas. Por la mañana nos despeja del sueño y nos pone en marcha, por la noche conseguimos el efecto contrario, desestresarnos y calmar nuestro organismo.
Algunos consejos para una buena ducha
- Una sola ducha al día es suficiente para estar limpio y sano
- La ducha diaria debe ser con agua tibia, muy caliente la piel se reseca y pierde elasticidad y frescura
- Aprovecha la aromaterapia para disfrutar de todas las sensaciones que proporciona el agua
- Los geles sin jabón son más aconsejables, mantienen el p.h. en su 5.5 y son menos irritantes
- Combina durante unos segundos agua caliente con fría para despertar el cuerpo, te ayudará a revitalizar y tonificar músculos y mente.
- Termina tu momento ducha con agua fría en los tobillos para activar la circulación de las piernas y evitar, así, que se hinchen.
Después de hacer ejercicio date una ducha, es mucho más aconsejable que un baño ya que si te bañas el agua caliente estancada puede provocar mareos, desmayos con el consiguiente riesgo que eso conlleva para nuestra integridad física. Además combate la depresión, qué mas se le puede pedir?