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Cada 31 de diciembre, la mayoría de los españoles esperamos ansiosos el momento de las campanadas a medianoche, que irán acompañadas de las famosas uvas que nos traerán suerte para el resto del año. Esta costumbre se remonta a principios del siglo XX, cuando los viticultores valencianos promovieron esta tradición para dar salida a los excedentes de producción. Así, cada país tiene sus propios ritos. En Dinamarca, por ejemplo, el día de año nuevo, los daneses rompen platos contra el suelo en la puerta de las casas de sus amigos y familiares para demostrarles su cariño. Aquí tienes más curiosidades.

Los brasileños no están libres de ritos y costumbres. El 31 de diciembre cenan un plato de lentejas, con el fin de tener dinero para el año nuevo. También con este fin, se comen tres granos de granada y se guardan las semillas en la cartera durante todo el año. El 1 de enero, la gente tira flores al mar para pedirle a la diosa Iemanjá que traiga buena energía para el año siguiente. Además, se suelen saltar siete olas y con cada una, se pide un deseo.

Por último, para quitar las malas energías y el mal de ojo y empezar bien el año, se toman una ducha que termina con sal gorda y agua caliente.

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