Una de las máximas en la decoración es ahorrar espacio, vivimos en una época de contraste, sociedad hiper consumista pero la gente vive en hogares pequeños. Por lo que es necesario imaginar muebles que puedan ser decorativos a la par que espacios de “almacenaje”.

 

Claro ejemplo de esta tendencia es este espejo, que combina a la perfección su “labor” decorativa, además de ser una pieza imprescindible en nuestro día a día, da profundidad a los espacios.  La idea es poder guardar cosas sin que esto afecte al diseño, por eso dispone por un lado de tres pequeños cajones y por el otro de un colgador con varios ganchos. Ambos quedan ocultos pudiéndose extraer para colocar o extraer cosas de ellos. Un espejo perfecto para el baño.