Los que hayan viajado a Inglaterra muy probablemente los hayan visto. Aquí de momento en España, no se prodigan mucho, al margen de determinados hoteles. Los miramos con cara rara, acostumbrados a la simpleza del monocromo, o de dos simples grifos.
La verdad es que los grifos termostáticos presentan bastantes ventajas frente a los ordinarios. Para empezar estamos acostumbrados a abrir el grifo del agua y esperar un rato hasta que se calienta el agua, con un considerable derroche de agua, lo que no solo afecta a nuestra factura sino es un impacto en el consumo de un bien que es limitado.
Los grifos termostáticos cuentan con dos mandos uno para regular el caudal, y otro para regular la temperatura. Ambos se pueden sincronizar con el grifo cerrado, para alcanzar la temperatura en tan sólo unos segundos. Así, gracias al termómetro implantado en el mando, podremos conocer, además, la temperatura exacta con la que contamos. Además, este tipo de grifos suelen estar fabricados con productos aislantes que evitan accidentes, llamados sistemas antiquemadura. Se tratan de composiciones que limitan el paso del calor y nos protegerán de cualquier imprevisto.
Los grifos termostáticos nos tienen un precio muy caro y por el ahorro que suponen a final del año, son una buena inversión.