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La Expo de Zaragoza dedicada al agua y al desarrollo sostenible será la primera muestra internacional que tenga criterios ambientales de gestión y que compense las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Se tendrán en cuenta las emisiones que se produzcan durante la construcción de la misma y en el tiempo del evento, además de las de sus visitantes y participantes.

Expo Zaragoza 2008 abrirá sus puertas al público el 14 de junio y las cerrará el 15 de septiembre, plazo en el que espera superar los seis millones de visitantes, que podrán «informarse, formarse y divertirse», según Roque Gistau, presidente de la Expo. Durante esos tres meses será posible empaparse de todo cuanto rodea al agua como elemento vital de la existencia, su escasez, la gestión y los problemas y soluciones de cara al futuro.

Desde la puesta sobre el terreno de la primera piedra en 2006, un sistema informático denominado Vigía, controla todos los materiales, trabajos, obras, energía, agua y residuos que se invierten en esta gran feria internacional.

Cuando quedan sólo 138 días para la apertura de las puertas, el ritmo del trabajo es frenético en el meandro Ranillas del río Ebro. Fuentes de la Expo aseguran que las obras están al 74% y que todo estará listo a tiempo, aunque nervios no faltan. La revuelta del río, que antes albergaba huertas, hoy empieza a ser sinónimo de modernidad. Dos edificaciones, la Torre del Agua, y el Pabellón puente destacan como las más emblemáticas.

Los pabellones se agruparán por ecosistemas en ocho zonas temáticas: praderas y sabanas; hielo y nieve; desiertos, oasis y estepas; islas y costas; bosques templados; selvas tropicales; montañas, y por descontado, grandes ríos y llanuras fluviales.