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La sauna finlandesa, los baños turcos, las termas romanas, los baños de vapor… desde tiempos remotos hombres y mujeres han disfrutado de sus beneficios. En todos los casos, los beneficios terapéuticos de los distintos baños de vapor son innegables.

Para gozar de las bondades de los baños de vapor de agua no hace falta que viajes a exóticos países, ni tan siquiera tienes que ir a un centro estético. Puedes experimentar sus ventajas en casa.
Así se hacen unos buenos baños de vapor
Parece sencillo, basta con plantarse ante una olla al fuego. Sin embargo, hay algunos misterios. Descúbrelos.
Pon agua a calentar. Puedes usar un cazo de acero o un recipiente de loza. Deja que el agua hierba.
Los baños de vapor deben comenzar cuando se haya suavizado el hervor. Potencia los beneficios del vapor usando hierbas medicinales.
Las plantas y las flores aportarán a los baños de vapor los beneficios de la fitoterapia y de la aromaterapia. Consulta cuáles son las plantas recomendadas para tratar la enfermedad o la dolencia que sufres.
Los aceites esenciales también combinan perfectamente con los baños de vapor. Pero recuerda que las esencias suelen ser muy concentradas: añádele al agua sólo un par de gotitas.
Plantas y flores en los baños de vapor
Coloca la cara delante del recipiente para capturar el máximo de vapor posible. Pero, ¡cuidado!, si te acercas demasiado puedes quemarte.
Cuando estés bien colocada, inspira el aire por la nariz y por la boca. Así favoreces una limpieza completa del organismo.
Para favorecer la absorción del vapor ponte una toalla o un paño sobre la cabeza. No uses plásticos ni materiales que no permitan la transpiración. ¡Resiste!
Quizá no te resulte demasiado agradable respirar constantemente el vapor que sale de un cazo, pero si te mantienes imperturbable tu organismo y tu piel te lo agradecerán.
Los baños de vapor te ayudan a mitigar las congestiones, la laringitis, la bronquitis, los problemas respiratorios. Además, purifican el cutis.