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«Vivimos una grave crisis mundial en el Planeta Azul, el Planeta Agua». Así comienza la ‘Declaración Ética del Agua’, un documento que formará parte de la ‘Carta del Agua’, que será el manifiesto de conclusiones de la Expo Zaragoza, y que será leído por Federico Mayor Zaragoza, ex secretario general de la Unesco, el próximo domingo en la sesión de clausura de la Feria Internacional.

«El hecho de que 1.100 millones de personas no tengan acceso garantizado al agua potable, y que como consecuencia de ello mueran 10.000 personas cada día es la expresión más brutal de esta crisis», continúa la declaración, firmada hasta el momento por 16 personalidades mundiales, entre los que están Mijail Gorbachov, Marina Silva, Cristina Narbona, Vandana Shiva, Danielle Mittérrand o Mario Soares.

«El agua como sustento de la vida, al igual que la nutrición, deben ser dos derechos fundamentales», señaló ayer Mayor Zaragoza durante la presentación del documento ético que figurará recogido en parte en la Carta del Agua y en su totalidad como uno de sus anexos.

«La Humanidad deberá reconocerlos y abandonar las tendencias mercantilistas sobre el agua», añadió. El documento propone que cada individuo tenga derecho universal a un consumo de 30 litros de agua por día. Esta cifra significa tan sólo un 1% del agua que se consume en el planeta cada día, según Pedro Arrojo, profesor de Economía de la Universidad de Zaragoza y coordinador del grupo de trabajo del documento ético global.

«España debe de ponerse en primera línea para liderar esta lucha a favor de la democratización del agua», señaló Domingo Jiménez Beltrán, ex director de la Agencia Europa de Medio Ambiente.

Para ayudar en esta tarea de gestión horizontal y sostenible del agua potable, Jiménez Beltrán propone una fiscalidad global. «Si se gravara con un dólar cada uno de los barriles de petróleo que se comercializan cada día, se obtendrían 30.000 millones diarios de dólares». Es lo suficiente para acortar distancias entre ricos y pobres en el abastecimiento de agua y su saneamiento.

Aunque la cifra parezca una inmensidad, Jiménez Beltrán señaló que en España se gasta en agua embotellada tanto como cuesta la distribución y saneamiento del agua potable en el país. «Debemos progresar en la sostenibilidad global, porque de otra manera, este barco se hunde».