El agua posee una serie de propiedades que la convierten
en un instrumento ideal para conseguir buenos resulta-
dos en el campo de la estética. Cada vez más, los centros
de estética se valen de sus beneficios para embellecer el
cuerpo y equilibrar la dieta. El consumo y los baños de agua
contribuyen, por ejemplo, a mejorar el estado de la piel y
de las uñas. También aporta más brillo al cabello. En estos
casos, se busca una buena hidratación de las células para
proteger estas partes del cuerpo que, a menudo, están más
expuestas al sol, el aire, la contaminación y otros agentes
agresivos.
Pero el agua también se utiliza para lograr que cuerpos con
sobrepeso recuperen su masa corporal idónea. El agua no
tiene calorías, por tanto, no engorda. Y su consumo resulta
vital para evitar la retención de líquidos, fenómeno que se
produce, precisamente, cuando el cuerpo tiene menos agua
de la que necesita. Es entonces cuando crea una especie
de almacenes de agua fuera de las células, lo que provoca
hinchazón en pies, manos o piernas.
Para evitarlo, se recomienda beber la cantidad de agua que
requiere cada organismo. Una persona adulta necesita al
día entre 20 y 40 mililitros de agua por kilo de peso. Además,
se aconseja ingerir uno o dos vasos de agua en ayunas para
conseguir una mejor hidratación y activar los mecanismos
de limpieza del organismo.