Debe emplearse un material específico para disminuir los movimientos, mejorar la adherencia de las piezas y evitar el paso de agua y suciedad.
Una vez alicatadas las paredes y suelos de una estancia, es necesario cubrir las juntas que quedan entre los azulejos o baldosas. Esta operación, denominada rejuntado, evita la entrada de agua y suciedad, refuerza el agarre de las piezas cerámicas y disminuye los movimientos y tensiones, según recuerda la Asociación Nacional de Fabricantes de Morteros Industriales (ANFAPA).
Estas zonas de interrupción de pavimentos o revestimientos cerámicos dejan espacio a las piezas para que, en caso de dilatación o contracción, se puedan mover. No obstante, para conseguir este efecto, hay que emplear materiales específicos de rejuntado que respeten las características de las piezas cerámicas y eliminar los restos o salpicaduras del cemento o mortero cola con el que éstas se han fijado. Las juntas deben estar limpias y secas para asegurar que el producto de rejuntado penetra correctamente.