Cambiar la bañera es una inversión importante. Por ello, si está desconchada, con golpes o rayada, antes de comprar una nueva se puede intentar repararla. Los sanitarios esmaltados se arreglan con masilla epoxi, un material de relleno que, una vez seco, no se contrae y resiste bien la acción del agua.
Antes de aplicarlo, hay que lijar la zona estropeada para eliminar cualquier resto de óxido o suciedad y facilitar la adherencia de la masilla. Las superficies con brillo dificultan el agarre. Por otro lado, para que cumpla su función, deben mezclarse dos partes de masilla y una de endurecedor -según lo que indique el fabricante- y extender la mezcla cuando todavía esté húmeda.
De acuerdo a la zona en la que se localice la reparación, así como sus dimensiones, se puede utilizar espátula o llana para esparcir la masilla. Trabajar con comodidad ayuda a obtener un mejor resultado. Asimismo, ambos utensilios sirven para eliminar irregularidades y alisar la zona reparada, que se remata con papel de lija de grano fino.
Disimular la reparación
Una vez reparada la bañera, el arreglo se disimula con laca especial o pintura sintética compuesta por resinas de poliuretano o epoxi. Ambos productos presentan gran resistencia a los arañazos, buena adherencia y aguante a las dilataciones causadas por la alternancia de agua caliente y fría. Hay dos opciones: pintar sólo la parte que se ha arreglado o toda la bañera.
Existen productos específicos con buena resistencia a los arañazos y a las dilataciones
Hay que tener en cuenta que, como en todos los trabajos de pintura, el secreto consiste en una buena preparación de la base. La bañera debe estar libre de polvo, cal y suciedad, sin restos de silicona u otro material. Conviene lijarla con discos de papel abrasivo especial, para pulir el esmalte cerámico. Se puede comenzar con un papel de grano grueso y terminar con otro de grano fino para que la superficie quede lisa e igualada.
En cuanto a las piezas de desagüe, es preferible taparlas con papel y cinta adhesiva, igual que los grifos y el resto de partes metálicas. Si se opta por retirar estas piezas, desatornillando el sumidero, hay riesgo de que el resto de la instalación se desplace, ya que es este tornillo es el que la mantiene sujeta. En su mayoría, las bañeras están alicatadas, por lo que en caso de avería hay que romper los azulejos para acceder a las tuberías.
Rematar el trabajo
La pintura o laca se extienden con un rodillo, presionando ligeramente. Para un resultado con brillo, algunos productos admiten esmaltes de colores que imitan acabados porcelánicos. Hay que asegurarse, eso sí, de cubrir la bañera de manera homogénea y esperar varios días, hasta que la pintura esté seca, antes de utilizarla.
Los pequeños defectos e irregularidades se corrigen con un papel abrasivo de grano muy fino. También se pueden colocar alfombras o discos antideslizantes en el suelo de la bañera para tapar defectos en esta zona y evitar caídas.