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Las altas temperaturas convierten la práctica de ejercicio en una odisea. La última tendencia es entrenar sin salir de la piscina

¿QUÉ HAY QUE SABER?
Profundidad: Lo normal es que el agua no cubra. Unos 50- 60 cm para ejercicios suaves. Se irá aumentando la profundidad a medida que incremente la dureza de los ejercicios. También será de una mayor profundidad la piscina si se quieren ejercitar los brazos.

Temperatura del agua: Lo ideal es que oscile entre los 28 y los 31 grados.

Música: Debe adecuarse al tipo de ejercicio, y puede alternar desde dance, el hip hop hasta el pop e incluso la música clásica.

Accesorios: Bicicletas, mancuernas, cinturones correctores, steps, balones o tubos flotantes.

Uniforme: Bañador, gorro y zapatillas sumergibles. En el caso del aquaspinnig es necesario que las zapatillas tengan un agarre para la bicicleta.

Precio: En algunas piscina públicas puede practicarse por unos 30 euros al mes. Siendo su precio un poco más alto en los gimnasios privados, entre 45 y 50 euros mensuales. La mayoría los incluyen dentro de su precio de socio.
CON la llegada del verano, los centros deportivos buscan nuevas alternativas a su oferta de actividades. El calor pone en marcha a los entrenadores físicos que ofrecen diferentes posibilidades de hacer deporte sin sufrir las consecuencias de las altas temperaturas. A la natación, tanto en la piscina como en el mar, se le unen deportes tan novedosos como el aquagym, el aquarunning o el aquasteps que consiguen cada día más adeptos, sobre todo ahora que el tiempo invita a darse más de un chapuzón.

Diversas técnicas proponen diferentes formas de hacer deporte bajo el agua. El aquagym, engloba a la mayoría de ellas. Se trata de una forma de ejercicio aeróbico que mejora el sistema cardiovascular. Gimnasia y agua se mezclan para facilitar y hacer más sencillo el ejercicio físico.

Recordamos que es especialmente «recomendable para personas con problemas de espalda» que no pueden practicar ejercicios en el suelo. Entre otros beneficios, incrementa la flexibilidad y la coordinación sin fatigar excesivamente al cuerpo gracias a la ingravidez de la flotación.

El aquarunning es una de sus variantes, consiste en correr dentro de la piscina sin perder el contacto con el suelo. Se va avanzando al igual que cuando se hace ‘footing’. Se trata de una carrera ligera que puede realizarse en una piscina con unos 50 ó 60 centímetros de profundidad aunque también se puede practicar con el nivel de agua más alto, donde la intensidad aumenta.