La ducha es un momento para pensar, reflexionar, relajarse y si es necesario despejarse. Pero también es un momento de higiene que se puede aprovechar para «ponerse a punto».
No queremos terminar la semana sin tener un guiño de humor, por aquello de que es viernes, estamos más relajados, tenemos dos días de descanso, pensamos que estamos más predispuestos al humor.