Tenían que ser ellos, no podía ser de otra manera, nuestros queridos japoneses, dueños de un folklore y cultura única, protagonistas de los inventos más bizarros.
Se acerca el verano, los días comienzan a alargarse, uno se va poco a poco desprendiendo de prendas y llega el momento del año en el que uno se plantea deshacerse de esos kilos acumulados en el invierno.
Hubo una época en la que había “inventores”, gente que se dedicaba a pensar en productos con diversas utilidades, curiosos, locos, divertidos o realmente prácticos.
Los japoneses nunca dejarán de sorprendernos, nos resultan en la mayoría de los casos seres de otro planeta.