El efecto Ikea ha provocado una reacción cada vez más común y es intentar personalizar nuestra casa.
El afán de personalizar nuestros espacios no tiene fin, y el cuarto de baño no deja de ser un espacio en el que queremos plasmar nuestros gustos.
Imagínate que cada semana o cada vez que te aburrieses pudieses cambiar tu estantería, darle una forma distinta y reagrupar los objetos que contienen.