Las iniciativas que recuperan espacios abandonados y los llenan de vida suelen tener éxito. Lo añejo resulta atractivo porque encierra historias y un curriculum de experiencias.
Hace unos años, y no hablo de tantos, el mundo de los niños era mucho más simple, había pañales, cuna, biberones y chupetes. Hoy hay todo tipo de aparatos y complementos, de todos los tamaños y colores.
Desde hace unos años está de moda lo de irse un fin de semana de relax a un espacio, preferiblemente rural a descansar. El caso es que utilizamos indistintamente balneario y Spa, y señores, no es lo mismo.
Cuando uno va a un Spa os simplemente a una sauna en un gimnasio, sale realmente “como nuevo”, uno hasta piensa que el mundo sería un sitio mejor si la gente fuese más a saunas o baños turcos.
Hay productos que al verlos no podemos hacer otra cosas que soltar una exhalación con una mezcla de admiración y envidia.