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Siempre se ha criticado y se ha visto con malos ojos el consumo del vino. Pero su consumo responsable y limitado exhibe una gran cantidad de beneficios. Y en la vinoterapia se ponen de relieve ya que, de acuerdo con los expertos, el vino tinto es rico en polifenoles, que son agentes antioxidantes que mantienen el aspecto de la piel y el organismo, en general, siempre joven. El vino detiene el envejecimiento, al tiempo que contribuye a borrar del rostro las arrugas que aparecen con la edad. Además, contiene una combinación de vitaminas A, C y E, que repercute igualmente en la piel. Aporta elasticidad, juventud y firmeza. Aplicado a un masaje corporal, los componentes de la uva mantienen la piel fresca, proporcionan una sensación de relajación y favorecen la microcirculación. Estos factores repercuten en un fortalecimiento del sistema cardiovascular.