El agua relaja, desintoxica y mucho más

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La mayoría de las personas recurren al agua para relajarse y librarse de dolores musculares. Pero también alivia algunos otros problemas.
Consiente al órgano más extenso de tu cuerpo -la piel- y deshazte de enfermedades así como de malestares corporales. Todo con un método natural: la hidroterapia. Un tratamiento que utiliza agua en sus tres estados -sólido, líquido y vapor- para estimular al sistema inmunológico y que promete ser muy estimulante. Conócelo.

Baños terapéuticos

Los romanos, griegos y japoneses los usaron para tratar enfermedades y eliminar el dolor. Y el padre Sebastian Kneipp los renovó añadiendo hierbas medicinales, ejercicios físicos, chorros de agua a presión y combinando temperaturas.

Su aplicación tiene infinidad de variantes, incluyendo baños, tinas, saunas, vapor, compresas o propulsión de agua. En algunos casos el cuerpo se sumerge por completo en agua y en otros sólo algunas áreas son tratadas. Sus beneficios están basados prácticamente, en los efectos mecánicos y termales del agua.

Entre los beneficios de la hidroterapia están una mayor circulación de la sangre, desaparición de dolores, torceduras, esguinces y desintoxicación del cuerpo.

En frío o en caliente

Decidir cuál usar no es cuestión de gustos sino del resultado que se quiera obtener. El agua caliente, por ejemplo, calma al cuerpo, pues causa la dilatación de los vasos sanguíneos y permite que se oxigene.

«Aplicada en frío, vigoriza a los músculos y estimula a la mente ya que los vasos sanguíneos se contraen y la sangre vuelve hacia el corazón» explica la doctora Laurie Steelsmith, autora del libro Alternativas naturales para la salud de la mujer (Natural Choices for Women’s Health).

Los expertos coinciden que la perfecta temperatura para la aplicación de la hidroterapia en caliente, es de 40 grados (de 100 a 104º Fahrenheit). Y en el caso de métodos en frío, ésta depende de cuánto aguante el paciente.

Sin embargo, se aconseja tener cuidado en su uso, pues caer en el exceso puede causar fatiga, deshidratación, dolor de cabeza y nauseas. Y no se recomienda a personas que sufran presión alta, problemas del corazón o a mujeres embarazadas