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¿Existió la civilización de Atlantis? ¿Hay vida extraterrestre? ¿Cómo construyeron las pirámides egipcias? ¿Quién certifica la calidad del instituto que emite los certificados de calidad ISO 9.000? Ninguno de esos enigmas es tan difícil de resolver como éste: ¿por qué las mujeres van juntas al baño? A continuación intentaremos encontrar las respuestas.

Juan López asegura que ir al baño en grupo “es una mala costumbre que las mujeres han tenido siempre. ¿Por qué no puede ir primero una y luego la otra?”, se pregunta el vigilante. José Ortiz coincide con esa apreciación, al tiempo que repite la desgastada frase que ha escuchado por años: “¿fulana, ¿me acompañas al baño? Parece que les regalaran plata allá porque nunca dicen que no”.

“En el colegio o la universidad el baño es lugar perfecto para ‘rajar’ de esa insoportable compañera de clase que cree que lo sabe todo; también es apropiado para elogiar la belleza contenida en algún compañero de clase o profesor; frases como “viste como se le veía de bien esa camisa”, seguidas de un grito reprimido y un eufórico: “¡es divino!”, son comunes en el tocador; afirma Lucía Jaramillo, estudiante de IV semestre de fisioterapia y quien sonríe al admitir que es de las que va al baño con sus amigas.

Al mejor estilo del cuartel de las poco agraciadas damas de la telenovela ‘Betty la Fea’, en el W.C. una mujer en crisis recibe asistencia inmediata y personalizada de sus amigas. Es el lugar donde puede llorar a sus anchas y siempre estará protegida por un grupo de damas que no permitirá que nadie se acerque a perturbarla.

Ellas le facilitarán pañuelos faciales o pedazos de papel higiénico, y si la situación es muy grave, alguna buscará un vaso de agua y estarán ahí hasta que la mujer en problemas se calme y pueda enfrentarse nuevamente a la humanidad. Si es necesario, gritarán arengas contra el ‘desgraciado’ que la hizo sufrir o harán planes maquiavélicos contra la mujer que tiene contra el piso a su amiga.

En pocos momentos las mujeres son tan solidarias como cuando se trata del maquillaje. Pestañinas, rubores y labiales de todos los colores van de mano en mano, porque: “nos son de la dueña sino de quien las necesite”. “Nena, no te eches eso, yo tengo uno que te pega más” o “ven y yo te aplico la sombra”, son frases usuales que se escuchan en el baño.

También es común que entren cinco mujeres al baño y sólo una salga perfectamente maquillada y arreglada. Y entonces, ¿qué sucedió ahí? Es simple, la dama tiene un cita y convocó a sus amigas a una reunión extraordinaria en el W.C para todas que le aportaran un poco de sus conocimientos.

En ese momento se pueden intercambiar desde consejos hasta zapatos. Alguien se encargará de maquillarla, otra le echará su perfume, una más le arreglará el cabello y, si es necesario, intercambiarán prendas de vestir hasta estar conformes con la apariencia de la dama en emergencia.

Sobre las visitas al baño, en una fiesta o reunión social, Álvaro Reyes, uno de los tantos hombre que intenta comprender el enigmático mundo femenino afirma: “ellas van juntas para mirarse al espejo, maquillarse, preguntarle a la otra cómo se ven e indagar sobre cómo les va a sus compañeras con sus galanes de turno”. Para Camilo Reyes el asunto es más simple “van juntas para chismosear”.

Cristina Sánchez, una estudiante de ultimo semestre de psicología, tiene su propia teoría: “el baño de damas es un espacio que las mujeres dominan a sus anchas, no hay mejor lugar para hablar, enfrentarse a sus miedos e incluso recibir un par de regaños, y por supuesto, los hombres son el tema central de conversación”.

Queda claro que sea cual sea la razón para ir al baño en grupo, satisfacer alguna necesidad fisiológica no encabeza la lista, cosas de mayor trascendencia motivan a las féminas a ir en manada al baño de damas.