Darse una ducha o utilizar el aseo puede ser harto complicado y peligroso para las personas mayores si no disponen de un baño adaptado a sus necesidades. Los años no pasan en balde y su movilidad se reduce. Sin embargo, a menudo no cuentan con recursos suficientes para afrontar una obra en su hogar que les permita ganar en seguridad. Consciente de este problema, la Fundación Mejora de la Caja Vital puso en marcha en 2002 un programa de ayudas, en colaboración con el Ayuntamiento de Vitoria, para facilitar las reformas funcionales de las viviendas. En concreto, los mayores alaveses pueden optar a subvenciones a fondo perdido -que pueden alcanzar hasta el 90% del coste- y préstamos a un tipo de interés cero a devolver en tres años.El alcalde, Patxi Lazcoz, y el vicepresidente de la Vital, Iñaki Gerenabarrena, renovaron ayer el acuerdo de colaboración, que desde entonces ya ha beneficiado a 1.046 vitorianos y a 206 mayores del resto de la provincia. Como principal novedad se encuentra la reducción de la edad mínima para optar una ayuda, que ha quedado establecida en 60 años, frente a los 65 de ahora.