La teoría de la higiene

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«El ideal es darse una única ducha, corta, con agua templada y, a ser posible, con productos que no contengan jabón, ya que éste destruye el manto ácido protector de nuestra piel»

Los expertos no están convencidos de que la ausencia total de ducha sea tan milagrosa para la piel y lo que recomiendan es no pasarse, ni por defecto, ni por exceso, con la higiene: «No existen estudios que avalen las conclusiones de Nicky Taylor ni está demostrado que los antiperspirantes dañen la glándula sudorípara o produzcan cáncer de mama, como afirma la doctora Phillipa D’Arbey a quien entrevista la reportera en su documental. Pero es cierto que ducharse tres veces al día es casi tan contraproducente como no hacerlo, sobre todo en pieles sensibles», explica la dermatóloga De las Heras.

En su opinión, es necesario tener una rutina de higiene diaria, pero sin pasarse: «El ideal es darse una única ducha, corta, con agua templada y, a ser posible, con productos que no contengan jabón, ya que éste destruye el manto ácido protector de nuestra piel». ¿Y que hay del resto de potingues que forman parte de nuestra rutina de baño? «No hay que utilizar productos de higiene genital, si no hay un problema que lo recomiende, ni lavarse el pelo a diario, a no ser que se utilice un producto sin tensioactivos, ni usar bastoncillos para los oídos. Pero sí hay que hidratar la piel tras cada baño», revela.

Algunos expertos apuntan que es especialmente recomendable poner en práctica estos consejos en el cuidado de los niños. Como David Strachan, epidemiólogo de la Escuela de Higiene y Medicina de Londres, que fue el primero en describir que un exceso de higiene durante la infancia puede contribuir al desarrollo de determinadas enfermedades en la edad adulta: «La teoría higienista sugiere que las infecciones en edades tempranas producidas por contactos no higiénicos con otras personas puede prevenir la predisposición alérgica y la dermatitis atópica. Aunque es una hipótesis que no está totalmente aceptada, sí está demostrado que un exceso de agua es perjudicial en caso de padecer algunas enfermedades, como la dermatitis o el acné», explica De las Heras.