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Parecía imposible, con la de modelos y formas de lavabos existentes en el mercado, que nos encontremos con uno, que nos sorprenda, nos atraiga, nos relaje.
En color blanco impecable, con una forma sinuosa, imitando el cauce de un rio, incluida la cascada final y oyendo el sonido del deslizar del agua. Vale la pena este nuevo diseño, que no solo se basa en una nueva forma, sino que diseña el sonido y el movimiento del agua.

Inspirado en las cascadas del sueco Parque Nacional de Abisko, y creado por el diseñador Johan Kauppi y el arquitecto Lars Sundström, para la casa Eumar, lo bautizan, como no, con el nombre de Abisko.
Este lavabo, es el elemento singular de ese baño o aseo, que todos hemos soñado y que sorprenderá agradablemente, a cualquiera que entre en él.

Eso sí, no tiene tapón y no se puede llenar de agua. Claro está, que tal y como hacemos en el campo, cuando en un riachuelo, queremos crear un pequeño embalse, le colocamos unas piedras con trapos, y paramos su cauce.