No es nada nuevo, pero sigue siendo simplemente genial. ¿Qué es lo que más disfrutamos bajo la ducha? Ese chorro de agua a presión sobre nuestros músculos… Pero para conseguir presión se necesita gastar ingentes cantidades de agua. Las duchas gasificadas o «Air shower» ofrecen la soolución: añadir aire.
Se trata de un dispositivo que se adhiere a la alcachofa de la ducha, y que mezcla el caudal de agua con burbujas de aire. Esta tontería reduce el consumo de agua hasta un 30%, ya que las partículas de aire hacen que la sensación de presión permanezca.
Ya sabes; si quieres ahorrar agua y dinero, cambia tu bañera por un plato de ducha e instala una ducha gasificada.