Se dice, se cuenta, se rumorea…
En un escenario de libre mercado tiene que haber de todo. Es sano y además, deseable. Pero no deja de parecernos curioso observar que, al igual que existen las tiendas de «todo a cien«, en el mundo del cambio de bañeras por duchas también existan las empresas de «todo a mil».
Y, al igual que cuando uno va a un todo-a-cien sabe cuál es la calidad de lo que está comprando -recordemos que incluso se han llegado a dar casos de intoxicación de niños por juguetes elaborados con petróleo-, el usuario debe saber lo que elige para su ducha.
En el caso de -un ejemplo, así, al azar- nuestros amiguetes de Duchamanía, eso que elige a cambio de una rebajilla es esto:
- 2 únicos tipos de platos de ducha, uno acrílico y otro mineral, frente a una extensísima gama de platos de ducha de fabricación propia con tecnología antideslizante ofrecidos por SecuriBath.
- 3 modelos de mampara de un único fabricante, exclusivamente con perfilería plata o aluminio. Reproducir la variedad de SecuriBath en este post es imposible, pero podéis verlas todas aquí.
- Gresite de una sola marca, un único diseño en varios colorines, para dejarte contento. En nuestra exposición puedes ver nuestra amplia oferta para personalizar tu cuarto de baño.
- 2 años de garantía frente a los 5 años que ofrece SecuriBath.
Podríamos seguir hasta el infinito, pero en lo sustancial, la conclusión ya está clara. Los técnicos del maletín rojo de SecuriBath llevan sus propios catálogos, no los de los fabricantes. Y una buena carga de profesionalidad, seriedad en los plazos y experiencia. Y hojas de presupuesto en condiciones, con todos los conceptos pormenorizados para que no haya confusión.
La elección, como es habitual, es del cliente. ¿Comprarías tu ducha en el todo-a-cien del barrio?